El indicador de la actividad económica de Portugal, que sirve para anticipar la evolución del PIB, frenó su crecimiento y se situó en 2,9 puntos en diciembre, la cifra más baja desde abril y una décima menos que la registrada el mes anterior.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) luso, que divulgó estos datos, recordó que
la ligera caída llega tras meses de estabilización por encima de los tres puntos, el máximo valor alcanzado "desde mayo de 2001".
Por su parte, el indicador de clima económico, que mide la confianza de los empresarios, se mantuvo estable en los 1,9 puntos durante el primer mes de 2018. Por sectores,
la construcción y los servicios mejoraron respecto a diciembre, mientras que la industria y el comercio retrocedieron.
El Producto Interior Bruto (PIB) luso avanzó un 2,7% en 2017, la mejor marca desde 2000, y en el último trimestre del año tuvo una variación homóloga del 2,4%, una décima menos que el anterior.
Después de tres años consecutivos de recesión entre 2011 y 2013 -coincidiendo con la crisis y la petición de rescate financiero-, la economía portuguesa creció un 0,9% en 2014 y un 1,6% en 2015 y
para este año el Gobierno prevé un incremento del 2,2%.